En el puente solo estamos

El agua tiene memoria, se deja llevar por nuestras emociones: olores, sabores, temperaturas, nuestras dudas, añoranzas, miedos y, sobre todo, el amor.

El agua no tiene límites, fluye de nosotros, nos acoge, nos inunda, aprende a escucharnos para que seamos capaces de comprender que la vida es un río que siempre está en movimiento.




“Sur le pont, il n’y a que moi et mon enfant:   

Robe fanée, faibles épaules, visage blanc,           

Un bouquet dans les mains. “ 

 

“En el puente solo estamos yo y mi niña: 

Vestido desteñido, hombros endebles, rostro blanco,

               un ramo de flores en las manos.”

Oscar Wladislas de Lubicz

 

EN EL PUENTE SOLO ESTAMOS

tú y yo,

y los eclipses furtivos del agua

que se entregan a la noche

cubriendo las letras dispersas de nuestros nombres

que sin saberlo llevan dentro morfemas de luz,

allí donde el críptico lenguaje de los besos

es un milagro que se prolonga en tus labios.

 

Je t'aime, nos pas le disent,

te amo, lo dicen nuestros pasos,

lo susurran nuestras manos

que se asoman sobre un asfalto agrietado,

a la memoria dormida de los siglos que aprieta

en ecos de bruma los recuerdos,

a la quebrada mirada de los árboles

que escrutan paisajes olvidados

en las aristas enmohecidas que dejan los días

en las hojas derrocadas del calendario

cuando abandona sus tumores de sal eterna

en las estatuas y en las piedras.

Solo estamos tú y yo,

sujetando el amor que dulcemente

esconde arrecifes de nubes, de alfabetos y palabras,

en la vigilia repetida de nuestros abrazos.

Porque ya no conservamos nada

de los silencios que nos vistieron,

ni se nos llenan los balcones cerrados

de náufragas huidas.

Cae la lluvia sobre los puentes de París:

Pont de l'Alma, Pont de Bercy, Pont Notre-Dame,

Petit-Pont, Pont Marie, Pont Mirabeau…

Y no hay otro color sino el tuyo en el aguacero

llamando insistentemente a los fantasmas

que en el clamor mudo de las estatuas y las piedras

siguen buscando caricias.

 

Tout en moi, c'est toi,

                                                              todo en mí eres tú,                                                             

todos mis caminos van a ti para unir

las geografías de agua y tierra

que inventan crepúsculos a las estrellas

que se mudaron de sitio

y construyeron cielos de tiza a los sueños imposibles.

 

En el puente solo estamos tú y yo,

interrumpiendo los latidos helados de los parques

donde llegan barcos de niebla como amantes nocturnos

que buscan desnudar sus tristezas

en los dedos de la noche,

aceras que enredan luciérnagas en tu pelo,

farolas que dejan puntadas de luz en el corazón.

 

Porque ya no conservamos nada

de las grutas de ausencia en la piel.

Porque tu amor es otro río,

parce que ton amour est un autre fleuve,

parce que je veux mourir en étant de l'eau,

une rivière entre tes mains,

porque quiero morir siendo agua,

un río entre tus manos.

Poema incluido en "El vuelo de la palabra. La poesía en Extremadura en 2020"

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