Ahora que mis canas y los años

En un acto celebrado en el Centro Cívico del Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes (Salamanca), el sábado 19 de febrero, la Asociación Cultural Tierno Galván ha hecho entrega de los premios de la edición del año 2019 de los premios del XI Certamen Literario "San Valentín o el mito del amor". A este certamen se han presentado 140 trabajos, lo que da la idea del arduo trabajo que ha realizado el jurado.
Primer premio: Francisco Javier Silva por "Ahora que mis canas y los años".
Segundo premio: José Luis López García por "Hacerle trampas al tiempo".
Tercer premio: María del Mar Fernández González por "Besos del Mar".
Finalistas: María Lourdes Hidalgo por "El último año" e Isaura Díaz por "Cartas de amor".

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“De ti depende el viaje o la zozobra,

su pesca o su destino, la distancia que logre…”

Andrés Neuman

 

AHORA QUE MIS CANAS Y LOS AÑOS

rompen el calendario,

y los días facturan el ovillo confuso de una vida

que se me agota, que pesa y se inflama de repente

cuando traspasa, sin avisar,

el gesto congelado de los rostros sin nombre

que me deshabitan,

y solo deja cárcavas y escombros en la memoria.

 

Ahora que son tan evidentes

los cadáveres que deja el tiempo

sobre las manecillas enfermas de mi reloj de pulsera,

mientras los centinelas clandestinos de la muerte

cruzan por mí los pasos cebra,

leen mis periódicos, se beben mi agua,

desamparan mis latidos a la deriva

y me dejan las primaveras nevadas de invierno.

 

Ahora que vivir es un milagro abriéndose las venas

con el óxido incandescente que crece en el olvido,

o simplemente pasos que atropella la niebla

con efímeros recuerdos que ignoran su destino,

y mis zapatos son dos náufragos al pie de la escalera

porque dejé abiertas por descuido

las puertas de un cielo y un infierno.

 

Ahora he de decirte que, aún hoy,

el olor de tu cuerpo amanecido

lleva el estigma de los besos que nos nacieron

a la sombra de los parques,

que sigo abordando las calas más agrestes de tus ojos

en los que anidan descalzos los otoños y los pájaros,

las tardes de lluvia donde te sueño nube,

mientras se desnuda tu risa dibujada en los charcos,

el cristal quebradizo de mi voz

que sigue llamándote hierba y musgo.

 

He de decirte que, incluso hoy,

a plena luz del día hay hebras de rocío

creciendo en tu vientre,

que me pierdo en aguaceros por tu ombligo,

aprendiendo tus temblores más secretos

y conjugando sobre tu piel

eternos pentagramas de caricias,

que trazo ignotas geografías

en el mapa transparente de tus labios

cuando la noche se reduce

a una claridad de luz en tu mirada.

 

Te aseguro que, aún hoy,

me desangro en el cálido lenguaje de tu cuerpo

y se pueblan mis dedos

de atrevidas metáforas de ternuras,

que bebo en las fuentes de tus senos

un océano de madrugadas,

donde crepita tu nombre

mientras te dejo olas en la pleamar de tu boca,

que de tanto imaginarte te pienso viento y tormenta,

y te descubro playa en mis ojos

cuando siembro gaviotas en tus párpados.

 

Ahora que todo puede acontecer en un instante,

cuando envejecen los minutos

como un río que llega a su desembocadura

reinventando lo imposible,

ahora que te miro desde dentro

para liberar mis fantasmas

y remendar las cicatrices

que sangran en mi interior,

ahora que mi rastro se borra

inevitablemente de todos los caminos

y me sorprendo encontrándote

resguardada en mis cavidades y recodos,

y te siento cercana y transparente,

ahora que, incluso hoy,

me es difícil no saber cómo pedirte

que vayamos a dormir

para deshacer mis sueños en tu oído,

que ya habrá tiempo mañana

de hablar de eclipses y mareas

y de prender estrellas

en el perímetro intangible de algún beso.

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